No sé cuando empecé a borrarme ni qué fue lo primero que borré de mí. Quizás los paseos de noche por la ciudad. Ir con mis walkmans, mi discman después o mi Mp3 andando de noche hacia el bar, de vuelta a casa…andando ansioso por salir, medio borracho a la vuelta o borracho del todo. Después me regalaron mi i-pot; des de mi i-pot no ando por la ciudad.
Fue un regalo de mi novia. Des de que tengo novia ya no ando solo por la ciudad.
Tal vez, después borré mis aspiraciones de ser. Mis aspiraciones de ser mago cuando era niño, de ser músico cuando me compré la guitarra eléctrica, mis aspiraciones de ser alguien, alguien especial con una idea brillante.
Borré creo después el hacer las cosas sin pensar.
Ir a dormir sin pensar qué hora era, sin pensar a qué hora me tenía que levantar, sin pensar cuantas horas dormiría.
Comer sin pensar. Sin pensar en las calorías que comía o en si era demasiado tarde para un café o en si aquello perjudicaría a mi úlcera de estómago.
Besar sin pensar.
Dejé de improvisar y empecé a pensar demasiado.
Supongo que mientras borraba, añadía. Añadía paseos cogido de una mano, añadía una rutina a veces reconfortante, añadía un poco de descanso y salud, añadía quedarme a gusto en casa…Soy feliz . Lo soy. Pero, de vez en cuando, añoro un poco mi parte borrada.